MEDITATIO SONUS C03.S01

A través de investigaciones realizadas en torno a piezas recientes, he estado estudiando el efecto fisiológico que la resonancia de ciertas frecuencias tiene en nuestra percepción, así como su función ritualista, a partir de la que se asume que propicia estados alterados de no mente, en los que el cuerpo esta relajado pero el Ser se mantiene alerta, una etapa inicial de trance profundo que facilita la meditación.

A partir de esto, la intervención sonora que preparo para esta sesión, gira en torno a la generación de frecuencias de 110 / 13.75 - 116.541 / 14.567 - 123.471 / 15.433 Hz, a través de afinación y procesos electrónicos en los tonos A - Bb - B, los cuales están relacionados con la vibración de las glándulas pituitaria (6º Chakra Ajna - intuición, mística, entendimiento) y la pineal (7º Chakra Sahasrara - belleza, creatividad, inspiración) respectivamente, así como rítmos binaurales de frecuencias basadas en la Escala Cimática/Chakras de Solfegio, que se basa a su vez en la investigación original sobre los manuscritos sagrados de una escala de Solfegio original de seis tonos usada en la sagrada música gregoriana. Esta escala extiende los tonos originales de -396, 417, 528, 639, 741, 852 Hz, usando la misma secuencia matemática y adicionando las frecuencias: -174, 285 y 963 Hz de la matriz original de 18 tonos, más las extensiones 1074, 1185, 1296, 1317 y 1428 Hz. La frecuencia de 528Hz ha sido aplicada por algunos científicos para reparar el ADN roto. Existen 5.280 pies en una milla y 396 es 1/10 del radio en millas del radio ecuatorial de la Tierra. Numéricamente, todos estos números se reducen a 3, 6 o 9. (5+2+8=15 y 1+5=6). Esto solo es una parte de la “codificación”. Un poco en referencia a la meditación de resonancia Shumann, basada en la frecuencia de – 528 Hz -, con tasa vibratoria de ritmo binaural de 7.8 Hz. La tonalidad MI – 528Hz – relacionada con el chakra coronario, “integración del ADN” y transformación, es la frecuencia del amor y se utiliza como principal tono binaural a la velocidad de la resonancia Shumann ayudando a inducir una experiencia elevada del ser.

Registro fotográfico:

C03.S01

– Registro fotográfico por Alejandro Guadarrama.

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Dyan Pritamo [aka] Arthur Henry Fork // MXDF 1961

Guitarrista experimental, compositor, artista new media y diseñador trabajando por más de 30 años alrededor de la exploración sonora de la guitarra. Sus raíces vienen de la improvisación, la experimentación sonora, la música concreta y la electroacústica, y mas adelante del uso de
plataformas de código abierto y programación. A partir de su trabajo con new media se ha enfocado a desarrollar piezas de soundart que fusionan la composición sonora con el diseño.

Su obra se ha mostrado en foros y festivales internacionales alrededor del mundo y a colaborado con diversas disciplinas como Teatro, Danza, Cine y Performance.

Tiene su primer contacto con la meditación a los 8 años de edad dada la estrecha relación con su hermano mayor, por medio de quien descubre las enseñanzas de distintos maestros como Bodhidarma, Milarepa, Naropa, Lao Tzu y mas contemporáneos como Gurdjieff, Raman Maharshi, Nisargadatta, J. Krishnamurti, entre otros. A los 19 se vuelve discípulo de Osho, sosteniendo una relación cercana con su trabajo durante varios años.

www.arthurhenryfork.org

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Meditatio Sonus se compone de Ciclos de 8 sesiones en la que preparamos una curaduría, seleccionando a 8 artistas, que trabajan en la vanguardia de la música experimental y el arte sonoro, y los invitamos a que realicen una investigación sobre las frecuencias del sonido y la mente.

Cada instante de la vida, lo vivimos inmersos en sonido audible e inaudible, nos rodea ,penetra y permea. La impermanencia del sonido es el vehículo ideal para practicar la atención plena. La meditación en el aquí y el ahora, en el instante que se prolongue en la plenitud ante el vacío.

La meditación colectiva lleva a la práctica y encauza la energía de la comunidad, siendo un espacio abierto para la escucha del aquí y el ahora. Un espacio que promueve el presente a través de la dimensión aural y la atención en la respiración como acto fundamental del ser, disipando los pensamientos que nos arrojan continuamente al futuro y que fracturan la red de conexiones vitales de la que somos parte. Focalizar la percepción en el sentido de la escucha abre al resto de los sentidos y se amplía en plenitud la atención al entorno. Las variantes de la naturaleza se vuelven parte del estado de conciencia que sustentan el desvanecimiento del ruido mental. Focalizar el momento contribuye a la plasticidad neuronal en la expansión de los estados de plenitud.

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